La telequinesis sería un poder psíquico, que permitiría a una persona mover objetos con su mente, al «unir» su campo áurico con ellos. El desarrollo de esta habilidad se podría desarrollar mediante entrenamientos psíquicos, utilizando la energía psíquica emitida por el cerebro («psi»).
La hidroquinesis permitiría controlar el flujo de agua y manipularla a voluntad. También incluiría la capacidad de crear agua a partir de la manipulación psíquica de las partículas de hidrógeno y oxígeno presentes en el aire, técnica denominada hidrogénesis. En el caso de los recursos empleados por la ciencia ficción, la hidroquinesis también sería la habilidad de transformar el cuerpo sólido en agua, y volver a restaurarlo a su forma original.
La piroquinesis permitiría manipular el fuego o crearlo a partir de combustión del aire realizada mediante el uso del poder psíquico, técnica denominada pirogénesis. Ésta, al igual que todas las demás psicoquinesis, podría aprenderse con entrenamiento.
La geoquinesis serviría para manipular la tierra, la roca, y diversas clases de suelos minerales. Consistiría en aplicar la energía psíquica para afectar el campo aúrico y magnetizar los campos magnéticos de la Tierra, con el fin de crear modificaciones en el suelo, generar temblores, terremotos, fisuras, o desprender y hacer levitar rocas.
La electroquinesis permitiría manipular la electricidad. Puede referirse tanto a tomar corriente eléctrica de una fuente o un generador y hacerla circular por el cuerpo sin que éste reciba daño, como también a aumentar la propia bioelectricidad del cuerpo y el campo aúrico mediante uso de las ondas cerebrales psi-kappa (las mismas utilizadas para la telequinesis y las demás habilidades psíquicas, cuya existencia no ha sido demostrada por la ciencia). Según las obras de ciencia ficción y también en las creencias populares, la electroquinesis serviría para crear y lanzar descargas de energía eléctrica a modo de rayos.
La magnetoquinesis, también llamada ferroquinesis permitiría crear campos magnéticos y controlar el metal. Requeriría del uso de la energía psíquica («psi») para potenciar el cámpo áurico a fin de otorgarle propiedades magnéticas que servirían para modificar la polaridad del aura y de ciertos materiales de altas propiedades magnéticas, como algunos metales. Esto permitiría generar un efecto de levitación magnética para imantar objetos metálicos, y también repeler el campo magnético terrestre para levitar sobre él, tal como algunos escritores de ciencia ficción han sugerido.
La crioquinesis permitiría el control sobre el hielo. Consistiría en emplear el Psi para desacelerar la fricción de las partículas de aire y así lograr que se enfríen hasta generar hielo, el cual podría ser manipulado gracias a la crioquinesis.
La cronoquinesis permitiría adelantar o disminuir la percepción del tiempo sobre uno mismo, es decir, sin cambiar la percepción de los demás. Existen personas que afirman haber realizado el «viaje temporal» con esta habilidad, pero, como con el resto de las psicoquinesis, no existen pruebas empíricas. Consistiría en utilizar la energía psíquica para modificar el espacio-tiempo del individuo cronoquinético, resultando en un avance o retroceso en el tiempo del sujeto que lo percibe, aunque no necesariamente esto implique una teletransportación desde un espacio físico a otro, podría resultar que el individuo cronoquinético se desplazara en el tiempo, pero permaneciendo en el mismo lugar físico.
La termoquinesis permitiría controlar la temperatura corporal, disminuyéndola o aumentándola a voluntad. Se han realizado estudios en individuos que pueden conservar su temperatura corporal aún bajo temperaturas inferiores a los 0ºC, y también se ha documentado a monjes budistas que aumentan su temperatura durante la meditación,[cita requerida] pero esto no es similar a las habilidades termoquinéticas que se han descrito en algunas obras de ciencia ficción, como las que sugieren que se puede aumentar la temperatura de algún objeto para ponerlo al rojo o incendiarlo.
La fragoquinesis permitiría la destrucción de objetos o incluso individuos a nivel molecular. Consistiría en emplear la telequinesis a un nivel lo suficientemente avanzado como para fragmentar un objeto o hacerlo implosionar. En ciertas obras ficticias se sugiere que incluso se podría disolver o desvanecer el objeto o la persona que se destruye.
La fotoquinesis consistiría en la manipulación de las partículas de luz (fotones) mediante el uso de la energía de la mente, con el fin de crear haces de luz, destellos o afectar la luminosidad del entorno.
La umbraquinesis consistiría en la manipulación de las partículas de luz mediante el uso de la energía de la mente, con el fin de dispersar los fotones del entorno y aumentar su oscuridad. Otro uso sería crear y manipular sombras y afectar formas oscuras como siluetas y espacios sombríos.
La atmoquinesis permitiría controlar el clima mediante la manipulación psíquica del campo áurico en con el objetivo de ionizar el aire y modificar la composición de sus partículas para lograr cambios meteorológicos, como provocar lluvias, granizo, vientos y tormentas eléctricas. Esta supuesta habilidad se utiliza mucho como recurso en la ciencia ficción, y está documentada en relatos religiosos de distintos credos, como en el cristianismo y el hinduismo.
La sonoquinesis, también llamada ecoquinesis permitiría manipular las ondas sonoras y afectarlas, ya sea para aumentarlas, disminuirlas, o crear efectos de onda de choque.
La radioquinesis sería capacidad de crear radioactividad. Suele ser usada por escritores de ciencia ficción, principalmente de cómics. Se trata de la utilización de la energía mental del «psi» para sobrecargar el aura y generar campos o explosiones de plasma radioactivo. También haría al poseedor resistente a la radiación.
La viroquinesia, también denominada virogénesis, permitiría manipular los agentes biológicos microscópicos (virus y bacterias) y utilizarlos para hacer enfermar o matar otros seres vivos.
La tecnopatía serviría para manipular tecnología. Se manifestaría como una forma particular de manipulación eléctrica, una forma especial de polimorfismo, o incluso una forma especial de percepción extrasensorial.
La ciberpatía permitiría conectarse a la red internet utilizando la mente, con lo que se podría enviar mensajes o infectar las máquinas con virus. Supuestamente la recepción sería mejor cuanto en lugares libres y a gran altura.
La telequinesis orbitacional permitiría manipular y controlar objetos con la mente e incluso trasladar los objetos y seres en órbitas de luz. Al igual que la telequinesis cuando fuera extremadamente poderosa podría controlar incluso átomos individuales.
La clarividencia permitiría encontrar a cualquier persona, aun sin haberla visto, teniendo como referencia algo de la persona o una foto suya. Si la otra persona tiene poderes mentales, podría funcionar como una especie de telepatía o visión compartida.
El encandilamiento conseguiría que cualquier persona se sintiera atraída ya sea físicamente o de cualquier otra manera a la persona poseedora del poder. Es un concepto relativamente nuevo que se ha tratado poco en la literatura.
La sinestesia realzada sería la capacidad de ver los sonidos como luces hermosas y coloridas. El portador fusionaría esta habilidad con sus emociones para crear una onda de choque sonora a través de las melodías que realizase. Así mismo, con concentración, se podría atraer a otras personas mediante las resonancias que uno crea.
La intangibilidad consistiría en alterar la estructura molecular de la materia haciendo que descienda el nivel de densidad en los objetos y ocasionando así que estos puedan traspasar los objetos sólidos.